Llega el verano y con él las altas temperaturas. Nos encanta salir a la calle, disfrutar del sol y pasar tiempo al aire libre. Pero, ¿qué pasa con nuestros perfumes favoritos? ¿Cómo podemos protegerlos de las temperaturas extremas?
Las fragancias son compuestas por diferentes ingredientes, como aceites esenciales, compuestos aromáticos, alcohol y agua. El calor intenso puede afectar a la composición química del perfume y cambiar su aroma, en algunos casos de manera irreparable. Además, la exposición directa al sol puede hacer que el aroma se desvanezca rápidamente.
Es por eso que es esencial saber cómo proteger nuestras fragancias favoritas durante los meses de verano o en cualquier época del año con temperaturas extremas.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el lugar en el que almacenamos nuestros perfumes. Lo ideal es mantenerlos en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa. Lugares ideales pueden ser un armario, cajón, estante o incluso en la nevera (aunque no recomendable para perfumes con tapón de cristal).
Si tienes que transportar tu perfume durante el día, asegúrate de llevarlo en un lugar seguro y alejado de fuentes de calor, como el interior de un coche durante una larga jornada en la playa. El calor generado dentro del vehículo puede ser perjudicial para el perfume. Las fluctuaciones de temperatura también pueden desviar su aroma, por lo que se recomienda envolverlo en una bolsa de tela para protegerlo durante el trayecto.
En los días más calurosos, utiliza fragancias más ligeras y frescas. Las notas florales, como la rosa y la lavanda, son ideales para el verano, así como los aromas cítricos, como la lima o el limón. Los perfumes más pesados, como los orientales, pueden ser abrumadores y pesados en temperaturas elevadas, así que déjalos para el otoño y el invierno.
Aplicar perfume en la piel expuesta al sol puede provocar manchas oscuras, especialmente si el perfume contiene aceites esenciales. En su lugar, aplica la fragancia en zonas no expuestas directamente al sol, como el cuello, las muñecas y detrás de las orejas. También puedes aplicar la fragancia en tu ropa o cabello.
Al frotar el perfume después de aplicarlo, puedes alterar la composición química del mismo y cambiar el olor. En su lugar, aplica el perfume en la piel y espera a que se seque por sí solo.
El frío también puede afectar a nuestros perfumes favoritos. Aunque los perfumes no se congelen, las temperaturas extremadamente bajas pueden alterar su fragancia. Por lo tanto, es esencial mantenerlos en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor, como radiadores o calefacciones.
Si tienes que transportar tu perfume durante el invierno, asegúrate de no dejarlo en el coche durante largas jornadas en la calle o en el estacionamiento. Las temperaturas extremadamente bajas pueden dañar la fragancia, así que asegúrate de transportarla en el interior de una bolsa de tela y llevártela contigo en todo momento.
La hidratación de la piel es esencial durante los meses de invierno, y esto también puede afectar a la manera en que nuestro perfume huele. Si la piel está seca, el perfume puede evaporarse más rápido y su aroma puede volverse menos duradero. Por lo tanto, asegúrate de hidratar bien tu piel antes de aplicar el perfume.
En los meses de invierno, opta por fragancias más cálidas y pesadas, con notas de vainilla, incienso, pachulí o ámbar. Estos aromas son perfectos para las épocas frías y se pueden aplicar en las zonas clásicas del cuerpo (cuello, muñecas, detrás de las orejas).
Cuando se trata de proteger nuestros perfumes favoritos de las temperaturas extremas, es importante seguir algunos consejos clave para garantizar que las fragancias se mantengan frescas y duraderas. Tanto el calor intenso como el frío intenso pueden afectar a la composición química del perfume y cambiar su aroma, así que toma las medidas necesarias para proteger tu fragancia.